Su primer blanco de ataque son los niños inocentes en las escuelas. Los suyos, los míos, y todos aquellos que están creciendo. Quieren confundirlos en las escuelas para crearlos homosexuales y lesbianas a la carta con una agenda establecida en los nuevos currículos de la educación. Donde los niños y niñas duden de lo que son para convertilos en un ente neutral indefinido semejante a la aberración que los domina a ellos.